La paz depende de la satisfacción de todas nuestras necesidades más básicas, y esas necesidades más básicas requieren de nuestra administración de los recursos más preciados de nuestro planeta. Si podemos cambiar nuestra perspectiva a una que valore nuestra función como administradores de nuestro planeta, entonces comenzaremos a sentirnos satisfechos con lo que la naturaleza nos ofrece, y podremos tener la esperanza de dejar un mundo más pacífico a las generaciones venideras.