La preparación profunda del suelo edifica el suelo y su estructura al aflojar la tierra hasta una profundidad de 24 pulgadas (60 cm).
Una estructura ideal del suelo tiene suficiente espacio poroso para que el aire y el agua se muevan libremente, y para que las partículas del suelo se mantengan juntas para dar lugar a ese espacio poroso. El aire es el sustento de las raíces de las plantas y de los organismos del suelo que dan vida al suelo y aumentan la disponibilidad de nutrientes para las plantas. Un suelo aireado retiene mejor el agua que un suelo compacto, y requiere menos riego. También facilita la penetración de las raíces, y da sustento a las plantas y minimiza la erosión.
Podemos volver a insuflar aire de vida a nuestros suelos compactados de 60 cm, y cultivar más alimentos vivificantes.